Como siempre, en el Atelier del jardín trabajamos con pequeños grupos de niños y niñas, que en 4 ó 5 sesiones tratan de explorar, experimentar, crear, producir o investigar desde múltiples sensaciones.
Esta vez Andrea, la maestra, proporcionó diversos materiales para resolver una problemática:
-“¿Cómo podemos hacer pasar agua de un balde al otro?”
Chicos: “Hay que construir una cañería”.
Y la idea fue también que ellos descubrieran propiedades de los materiales.
Así fue como en el primer encuentro lo hicieron seleccionando tubos de plástico y cartón comprobando inmediatamente que este último no sirve para pasar agua.
“Hay que sacarlo”, dijeron.
… y continuaron intentando llegar al objetivo, salvando ésta y otras dificultades que se fueron dando.
En las fotos se pueden ver distintos momentos del proceso…
…¡El cartón que debieron sacar!, ¡la problemática de los diferentes diámetros!, ¡el poder unir los tubos pero no lograr el paso del agua!, ¡los intentos con la cañería armada!, la sugerencia del docente de absorber (diferente a soplar) y … ¡el logro final! : ¡El agua que cae al balde!
Los gestos, la risa, las manos, las hipótesis que verbalizaron, constituyeron ingredientes de un buen aprendizaje para ellos y nosotras docentes mirando, escuchando, sugiriendo.
Esta vez Andrea, la maestra, proporcionó diversos materiales para resolver una problemática:
-“¿Cómo podemos hacer pasar agua de un balde al otro?”
Chicos: “Hay que construir una cañería”.
Y la idea fue también que ellos descubrieran propiedades de los materiales.
Así fue como en el primer encuentro lo hicieron seleccionando tubos de plástico y cartón comprobando inmediatamente que este último no sirve para pasar agua.
“Hay que sacarlo”, dijeron.
… y continuaron intentando llegar al objetivo, salvando ésta y otras dificultades que se fueron dando.
En las fotos se pueden ver distintos momentos del proceso…
…¡El cartón que debieron sacar!, ¡la problemática de los diferentes diámetros!, ¡el poder unir los tubos pero no lograr el paso del agua!, ¡los intentos con la cañería armada!, la sugerencia del docente de absorber (diferente a soplar) y … ¡el logro final! : ¡El agua que cae al balde!
Los gestos, la risa, las manos, las hipótesis que verbalizaron, constituyeron ingredientes de un buen aprendizaje para ellos y nosotras docentes mirando, escuchando, sugiriendo.