El barrio puede ofrecer rastros o pistas de aquel presente que se
indaga: rincones, calles, comercios, construcciones.
“Salir” a recorrerlo y seleccionar un “recorte” del mismo, constituye
una experiencia insustituible que permite a los niños y niñas, encontrarse con
algo cotidiano que la ciudad “conserva”.
Todo barrio cuenta con “huellas” que “hablan” del mismo, de sus orígenes,
de los habitantes de él, actividades y costumbres.